Suele decirse que las condiciones laborales y los salarios de los informáticos son excelentes, ¿mito o realidad? ¿Aplica a todos los roles? ¿A todos los niveles de experiencia? ¿A todas las regiones del país? Si bien en un principio pudo haber sido cierto, esto ya no es tan así y la actualidad marca una realidad bien distinta.
Desde hace varios años, el salario real de los informáticos no sólo ha ido cayendo, sino que han cambiado las condiciones en desmedro de nuestro trabajo: hoy a un junior se le exigen años de experiencia, idiomas y varios lenguajes, algo que normalmente sería exigible a un semi-senior o un senior.
¿Quién no ha experimentado frustración al intentar conseguir su primer empleo IT y encontrarse con búsquedas cuya lista de exigencias pareciera no terminar? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado cómo lograr experiencia si ni siquiera podemos empezar?
Dividen y Conquistan
¿Te pasó que un compañero de trabajo con la misma experiencia que vos ganaba mucho más? ¿O mucho menos? ¿No te pasó de estar trabajando en una empresa y que los nuevos empleados ingresen con sueldos muy superiores? Incómodo, ¿no?
La mayoría de las empresas promueven la negociación individual. Esta estrategia les permite acordar salarios con cada empleado de forma aislada (y sólo con los que sepan cómo negociar). En un entorno donde hablar de sueldos es tabú o directamente está prohibido, los más osados logran mejoras, mientras el resto se queda estancado, sin lugar adonde ir o con pocas salidas: cambiarse de compañía, freelancear... O peor, irse del país.
Ese es el escenario actual en nuestro sector: años sin paritarias, pérdida de nuestro poder adquisitivo, negociaciones personales angustiosas, inequidad salarial, miedo a quedar "mal", perder el equipo de trabajo o el proyecto.
La herramienta que tenemos como industria para poder regular cómo vamos a trabajar, cómo se definen los roles y el seniority, qué licencias necesitamos, las vacaciones, las horas extra, las guardias y un sinfín de aspectos que hacen a nuestra vida de trabajo es mediante un contrato marco con nuestros empleadores. En el derecho laboral, este contrato se conoce como Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) y regula a toda una actividad. Que el convenio sea colectivo es fundamental: significa que se reconoce un derecho a todo el universo de trabajadores. Con negociación individual, es fácil dividir y vencer y, por consiguiente, nivelar para abajo. Con negociación colectiva, se mejora también la situación individual.
Nivelar para arriba
El objetivo primordial de la actividad gremial ha sido siempre el ascenso social y la creación de una clase media robusta. Por ley, un CCT establece un piso a partir del cual sólo se puede nivelar para arriba. Un piso de bienestar, como base para mejoras individuales y beneficios de cada empresa.
Los informáticos ya contamos con una organización que legalmente nos representa, ahora tenemos que confeccionar este acuerdo colectivo que contemple a toda la actividad. Nosotros mismos, en dialogo con las empresas, tenemos que definir cómo queremos trabajar en la industria informática.
Es momento de cambiar y de avanzar en un CCT propio. Nuestra actividad es específica: no somos mercantiles, ni administrativos ni otra cosa. Somos informáticos. Ya no somos sólo “los pibes de sistemas” en una empresa de otro rubro. La tecnología mueve al mundo y la informática es hoy una de las principales industrias en términos de generación de riquezas y proyección. Nuestra actividad ya no es un apéndice de otros sectores: tenemos problemas, demandas, exigencias y sueños propios, específicos a nuestro trabajo.
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