“El movimiento obrero es la principal fuerza
que transformó miseria y desesperación
en esperanza y progreso”

Martin Luther King Jr.

En vísperas del Día de las y los Trabajadores, que se conmemora en recuerdo a los mártires de Chicago, nos pareció oportuno hacer un repaso del inesperado fenómeno que se está ganando un indudable lugar en la agenda política de los Estados Unidos.

Viene ocurriendo algo infrecuente en el país del norte: por primera vez en décadas, la noticia de la posible formación de un sindicato empezó a ocupar las primeras planas de los principales periódicos de tirada nacional. El dato es aún más relevante si se tiene en cuenta que todos los días hay elecciones para formar sindicatos: alcanza con consultar las estadísticas oficiales. Pero algo hizo que esta realidad cotidiana empezara a ser noticia para los principales medios escritos y audiovisuales: la campaña de afiliación sindical estaba ocurriendo en nada menos que Amazon, la empresa de uno de los hombres más ricos del mundo -Jeff Bezos- en nada menos que Alabama, uno de los estados más pobres y con la legislación más antisindical del país.

La votación fue contraria al deseo del sindicato, pero no estuvo exenta de grandes polémicas: Amazon fue acusado reiteradamente de tácticas antisindicales ilegales y se encuentra actualmente judicializado todo el proceso por parte del sindicato RWDSU, el encargado de organizar la campaña.

Meses antes, otra noticia de carácter gremial inundó los periódicos: se formó un sindicato en Google. El gremio, llamado Alphabet Union, arrancó con 200 afiliados. Luego fueron 400. Más tarde 600. Hoy ya superan los 800 miembros y han logrado anotarse victorias relevantes: desde denuncias por acoso sexual y reparto de dividendos entre los ejecutivos acosadores hasta triunfos legales por persecución gremial que resultaron favorables al sindicato.

Hace pocos días, Spotify cerró un acuerdo con dos sindicatos, Gimlet y Ringer. El convenio detalla todo tipo de cláusulas referidas a las condiciones laborales de sus trabajadores: escalas salariales, aumentos, reconocimiento de títulos, indemnizaciones e incluso promoción para contratar a ex veteranos de guerra. Un verdadero convenio colectivo de trabajo.

¿Cómo queremos trabajar los informáticos?
Suele decirse que las condiciones laborales y los salarios de los informáticos son excelentes, ¿mito o realidad? ¿alcanza con la negociación individual? ¿qué podemos hacer para potenciar la industria?

Pero no quedó allí: situaciones similares se dieron en New York Times, Glitch y Kickstarter en lo que configura un avance sin precedentes en la industria informática y en, por lo menos, los últimos 40 años de historia del movimiento obrero norteamericano.

PRO Act

Los esfuerzos organizativos que vienen propiciando los trabajadores a través de la formación de sindicatos de empresa (un rasgo típico del modelo sindical norteamericano) y que vienen marcando un verdadero auge en el último lustro, han sido acompañados por políticas de la AFL-CIO, la principal central obrera de los EEUU, y por importantes facciones de la política, en especial los progressives del Partido Demócrata.

Pero hay más: el presidente Joe Biden se ha metido de lleno en el debate con declaraciones favorables a la formación de sindicatos, atribuyéndoles la creación de la clase media norteamericana, símbolo histórico del American Dream. Llegó al punto tal de manifestar un apoyo explícito al esfuerzo de sindicalización de los trabajadores de Bessemer en un video desde su cuenta oficial de la presidencia donde, además, hizo un llamado a eliminar toda intimidación patronal y permitir la afiliación sindical de cualquier trabajador.

A medida que decreció la afiliación sindical, también cayó el poder adquisitivo de la clase media.

La síntesis política de estas iniciativas es una propuesta de legislación concreta que ya obtuvo media sanción de una de las cámaras del Congreso de los EEUU y que debe aún pasar por el Senado: la PRO Act (por sus siglas en inglés, Proteger el Derecho a Organizarse) que también es impulsada por el presidente Biden. Tiene como objetivo garantizar la libertad sindical y establecer herramientas concretas para evitar el amedrentamiento, la intimidación y persecución por parte de las patronales contra los trabajadores que decidan afiliarse a un sindicato.

¿Qué está pasando en los Estados Unidos?

¿Estamos ante una ola de sindicalización?

¿Cómo impacta esto en el resto del mundo?

Por lo pronto, desde Argentina, los trabajadores informáticos nos seguimos organizando y luchando por negociación colectiva y recomposición salarial.


*Imagen de portada: fortune.com