Ahora nos vamos a meter en un tema interesante sobre el trabajo, su actualidad y su futuro. Vamos a hablar con un referente del sindicato argentino de informática, el Secretario General Ezequiel Tosco, de la Asociación Gremial de Computación-Trabajadores Informáticos. ¿Cómo estás Ezequiel? Ale Bercovich acá.
¿Qué tal Ale? Un saludo para vos y para todos y todas los presentes.
Te llamo porque vi una declaración de María Apólito, Subsecretaria de Economía del Conocimiento, en un reportaje a El Diario Ar. Entre muchas cosas que menciona, habla del colectivo de gente que labura programando, haciendo software, trabaja en la tecnología o la informática en general tanto para acá como para las empresas de afuera. ¿Cuántas personas son las que laburan en esto?
Mirá, la verdad es que no hay un número; por eso nosotros venimos trabajando para tener bien identificado el universo de trabajadores. Hoy hay un cálculo que dice que hay entre 150.000 y 200.000 trabajadores en el sector y en la industria informática.
¿Eso son tipos que trabajan en una empresa y cobran un sueldo de esa empresa, o incluís a freelos que trabajan para afuera y que cobran en dólares?
No, los que te estoy diciendo son los que trabajan en relación de dependencia. Después los freelos constituyen otra parte de la problemática.
¿En total cuántos hay que trabajan en programación o afines tanto para acá o para afuera?
La verdad que no tenemos el dato, porque lo que sucede es que tenés otras actividades que requieren cada vez más trabajadores informáticos, entonces si tenés que calcular el universo de informáticos, la totalidad es difícil de estimar. Tendríamos que ver en cada actividad cuántos trabajadores informáticos hay y sumar la actividad propia, más los freelance. Así que esos son datos que todavía falta tener, tanto de parte nuestra como por parte del Estado.
Vi algunas estimaciones que hablan de cerca de 1 millón de personas, lo cual me parece una bocha.
Y... se tiran muchos números, pero hay que tenerlos bien en claro antes de hacer esas estimaciones.
Bueno, igual 150.000 son muchísimos y es generalmente gente que gana buenos sueldos. ¿Cuánto gana un programador hoy en una empresa?
Depende. Eso de que son buenos sueldos es casi un mito. Vos tenés programadores que sí, son senior y tienen buenos salarios en relación a la Argentina -que no son buenos en relación a lo que se paga internacionalmente- que están cobrando de $150.000 para arriba, pueden llegar a $500.000 o $700.000.
Pero también tenés a los junior o trainee, que recién empiezan, y al no tener un convenio colectivo el sector empresario les paga lo que quiere. En algunos casos arrancan en los $30.000, de modo que uno tiene empresas que están ganando la fortuna que están ganando estos sectores y le pagan a un trabajador menos de $30.000... Me parece que no corresponde.
Bueno, ahí es donde entra esta funcionaria, la subsecretaria de Economía del Conocimiento, que dijo: “Hay que proteger a los trabajadores del sector, pero no se puede resolver sindicalizando”. ¿Vos qué pensás de esto desde el sindicato informático?
Que parecen palabras de los empresarios más que de una funcionaria pública. Como primera medida, hay que destacar que no es la primera acción que hace ese ministerio. Esto ya tiene un correlato en años anteriores en el gobierno pasado, donde protegen al sector empresario y trabajan activamente en contra de la organización gremial.
Hay varios temas. El de hoy es un elemento más que se suma, pero nosotros ya veníamos discutiendo desde que se volvió a tratar la Ley de la Economía del Conocimiento. En el 2020, tanto en la discusión en Diputados como en el Senado, logramos incluir entre los artículos que las empresas deben contar con un certificado de libre deuda emitido por la entidad sindical para que puedan acceder a los beneficios de la ley. Lo que pasó después es que esta subsecretaría cambió absolutamente la ley y en la reglamentación pusieron que en vez de tener un certificado emitido por la entidad gremial, se le otorga la potestad a las empresas de que presenten una declaración jurada para dar cumplimiento a las actividades gremiales, algo que no dice la ley. Eso te da una pauta de cómo opera esta subsecretaría.
Lo que pasa es que ellos dicen, y las empresas también, que al ser un trabajo tan atomizado que muchos lo hacen desde casa, la lógica sindical tradicional no corre. ¿Vos por qué decís que sí podría correr?
Bueno, eso que lo decidan los trabajadores… Como primera medida, eso no lo puede decidir ni el funcionario ni el sector empresario. Ahí lo que tenemos que hacer es hablar con los trabajadores. Los funcionarios y los empresarios tienen que habilitar las herramientas legales que están en la Constitución y en las leyes para que la organización pueda hablar con los trabajadores, que cese automáticamente la persecución gremial y a partir de ese momento hablaremos con los trabajadores para definir cuál es el mejor esquema de trabajo que tenemos que tener mediante un convenio colectivo. Eso no se puede evitar. Pero es justamente lo que están tratando de conseguir estas grandes empresas, estos grandes polos tecnológicos: que no haya convenio colectivo en la actividad.
Hay muchos trabajadores que hoy se ponen a trabajar para una empresa de afuera, pero también están pensando en cuál va a ser la cobertura de salud, la jubilación… Los trabajadores también pensamos a futuro. Entonces me parece que frente a esto, que hoy está en el debate de coyuntura, lo que hay que hacer es elevar los pisos salariales como para empezar a discutir. Y aparte tener paritarias, porque lo que sucede en este sector es que nunca hubo paritarias, entonces cada uno le da el aumento que quiere.
¿O sea que alguien que entra a laburar a una empresa tecnológica de estas grandes, los unicornios, acá en Argentina no tienen salario mínimo por convenio?
No, no tienen convenio directamente. Tenés muchos ejemplos. Hay empresas como Globant donde no hay convenio. Pero tenés también lo que sucede en Technisys, donde le cambian a los trabajadores las horas extras sin poder cuantificarlas por un par de días más de vacaciones.
Lo que hay que hacer es ordenar todo eso. Te doy otro ejemplo: no están definidas las categorías, con lo cual cada uno le paga lo que quiere al trabajador. Son normas que hay que ordenar.
Hay que ordenarlas pero a veces es tecnológicamente difícil… De vuelta te pregunto, Globant, por ejemplo, por poner un ejemplo que uno dice “qué buena empresa, qué buen lugar para laburar” y demás. Ellos les proveen software a otros países y eso lo venden en dólares, después le pagan a un programador local en pesos, y me imagino que ahí ya hacen una diferencia tremenda, porque por eso se van muchos a laburar directo para la empresa de afuera y cobran en dólares sin su intermediación. Ahora, para el laburante, ¿la mejor opción no es irse antes que seguir trabajando en esa empresa? Porque la verdad es que faltan trabajadores. Lo que dice esta funcionaria, por ejemplo, es que hay 9000 vacantes sin cubrir en el sector. Entonces, capaz eso también atenta contra el convenio colectivo y la sindicalización, ¿o no?
Con el convenio colectivo lo que sucedería es que se elevarían los pisos salariales. Para nosotros es una oportunidad para ordenar esas situaciones. Además, hay un problema a resolver para el trabajador que no tiene cobertura social. Hay muchos trabajadores que hoy se ponen a trabajar para una empresa de afuera, pero también están pensando en cuál va a ser la cobertura de salud, la jubilación… Los trabajadores también pensamos a futuro. Entonces me parece que frente a esto, que hoy está en el debate de coyuntura, lo que hay que hacer es elevar los pisos salariales como para empezar a discutir. Y aparte tener paritarias, porque lo que sucede en este sector es que nunca hubo paritarias, entonces cada uno le da el aumento que quiere. ¿Vos creés que Globant le va a dar paritarias siguiendo la inflación? ¡No! Siempre se la tiran 1, 2, 3, 5 puntos abajo. Imagínate eso multiplicado por 30 años que tiene la pelea sindical, ¿cuánta masa salarial perdió el trabajador?
Entonces lo que tiene que haber primero es una paritaria, y tiene que haber una recomposición salarial urgente para los trabajadores. Si quieren ser competitivos, que sean competitivos por la calidad y talento de los trabajadores, no por bajar salarios pagados en pesos.
Vos sabés que hace poco estuve leyendo a una amiga que es investigadora en estos temas de gigantes tecnológicos, trabajo, economía y demás. Ella señala que incluso las cámaras de empresas de este tipo, de programación, le piden al gobierno que frene la competencia desleal que representa para ellos la contratación directa de afuera. Dicen “los freelancers nos están cagando porque no laburan para nosotros en pesos”, con estos sueldos bajos, y eligen trabajar para afuera y así “se genera una fuga de divisas”. Vos fíjate qué loco el razonamiento.
Mirá, eso es cierto, puede suceder que los trabajadores quieran trabajar para afuera y al no haber un convenio colectivo no se puede ordenar la situación. Pero la misma funcionaria una vez me dijo que lo que querían hacer las empresas junto a esta subsecretaría era ver cómo generaban herramientas punitivas para los trabajadores que estaban ofreciendo estos servicios...
El sector empresario informático vive pidiendo beneficios. Hoy tiene el beneficio de la ley de la economía del conocimiento, que viene de la ley de software, dónde se le descuenta entre el 20% y 60 % del impuesto a las ganancias, donde tienen aportes patronales que se les descuenta el 70%, donde tienen beneficio de todo tipo y de todo color, ¿y encima se siguen quejando de este tema? A mi me parece que tienen mucha utilidad y que la reparten poco. Porque lo que tiene que pasar es que esos beneficios de la ley de economía del conocimiento -que pone todo el pueblo argentino- tiene que llegarle a los trabajadores. No puede ser que no pague nada tampoco el sector empresario.
Por eso te pregunto, porque sé que hay un montón de recursos puestos allí de todos nosotros y la verdad es que es un sector que está bien incentivar, pero no está bien que ese incentivo que ponemos allí entre todos quede en manos de unos pocos.
Sí, eso es así, estoy de acuerdo.
Tosco, gracias por este rato.
Gracias a ustedes, que estén bien.