La Economía del Conocimiento y el sector informático son cruciales para el desarrollo económico sostenible y equitativo del país y la región. El objetivo es agregar valor a la producción nacional y generar ingreso de divisas. La formación profesional en estas áreas es esencial para satisfacer la creciente demanda de trabajadores calificados y apoyar la digitalización de todos los sectores productivos del país. La falta de trabajadores calificados en la industria informática es un problema reconocido y resulta necesario contar con espacios de formación profesional para cerrar la brecha entre la educación formal y las necesidades específicas del sector. En general, se necesita un enfoque más amplio para desarrollar la capacidad digital de todos los sectores productivos en el país.
La industria informática es una actividad económica en la que los trabajadores y sus conocimientos son el insumo más importante. Sin embargo, existe poca claridad sobre los roles y competencias necesarias para ocupar un puesto de trabajo o ascender en una empresa, lo que afecta el progreso de los trabajadores como profesionales, el de sus salarios y sus derechos. Además, las empresas tienen libertad para inventar, modificar y eliminar puestos, cargos, nombres, categorías y roles, lo que puede conducir a abusos y una falta de estrategia que afecta la calidad del trabajo y la formación de los trabajadores.
Resulta necesario trabajar entre todos los actores intervinientes en los procesos productivos y formativos (Trabajadores, Empleadores, Estado y Sistema Educativo) en la construcción del mapa ocupacional de la industria informática, que permita clarificar los roles ocupacionales que existen en las distintas ramas de la actividad y, de esta manera, asignar a cada uno las competencias laborales mínimas que se deben tener para ocuparlo. Solo así podremos determinar y consensuar las normas de certificación de estas competencias y los programas de estudio adecuados para obtenerlas.
La formación profesional es un ámbito que enfrenta un gran desafío: ¿cómo llegar con contenidos específicos a un público cada vez más diverso y disperso?
En este sentido, la modalidad virtual se presenta como una alternativa cada vez más utilizada, pero no está exenta de dificultades. Según diversos estudios, la atención promedio de un estudiante en esta modalidad no supera los 15 minutos y, si se trata de contenidos en redes sociales, el tiempo de atención se reduce a tan solo 8 segundos.
Además, la frustración, la ansiedad por obtener resultados rápidos y otros factores modernos hacen que la tarea de formar a futuros profesionales sea aún más compleja. Es importante tener en cuenta que existen factores condicionantes tan diversos como personas; por ejemplo, los conocimientos de base matemática, la comprensión de textos y consignas, y otras claves fundamentales para la tarea informática, que pueden ser dispares entre los aspirantes a un trabajo en este ámbito.
En este contexto, resulta fundamental encontrar el rol adecuado para cada perfil de estudiante y que cada uno pueda diseñar su propio trayecto de formación continua y desarrollo profesional. Lograr aumentar la empleabilidad del sector implica poner orden a toda la actividad mediante el diálogo institucionalizado que redundará en una industria informática más sólida y competitiva.
En definitiva, el desafío de la formación profesional en la era digital es complejo, pero no imposible. Es necesario abordarlo con seriedad y creatividad, y trabajar en la construcción colectiva de estrategias y herramientas que permitan llegar de manera efectiva y personalizada a cada perfil de estudiante/trabajador.
Desde la organización de las y los Trabajadores Informáticos conformamos un espacio de Formación Profesional que busca asumir la responsabilidad de atender las expectativas de las personas y hacer frente al desafío de tener igualdad de oportunidades para construir una vida feliz, con trabajo decente y justicia social. Nuestra propuesta educativa se enfoca en la formación específica para la industria informática, con el objetivo de generar empleo y contribuir al desarrollo nacional. Nuestro equipo de más de 50 personas trabaja en la mejora continua de la propuesta formativa, buscando siempre la calidad y la calidez en la formación brindada. La tarea se realiza en alianza con otros actores, y se busca ampliar la oferta de formación, manteniendo una propuesta inclusiva, sostenible y resiliente para formar a los profesionales de la industria informática con las competencias necesarias para afrontar los desafíos del mundo laboral actual y futuro.